Abraham “Bram” Stoker fue un escritor de novela y
relato irlandés que nació el 8 de noviembre de 1847 en Clontarf,
Irlanda, y que falleció el 20 de abril de 1912 en Londres.
En su momento fue conocido como el asistente personal del actor Henry
Irving y como el gerente del Teatro Lyceum de Londres (del que Irving
era dueño), pero hoy en día se le recuerda por la creación de una de las
historias de terror más influyentes de todos los tiempos, su novela Drácula, basada en la figura legendaria de Vlad Tepes.
El
tercero de siete hijos, nació en el seno de una familia burguesa
austera, aficionada a los libros. Su mala salud lo obligó a permanecer
en el hogar durante su infancia, años durante los que su madre le
narraba cuentos de miedo que influirían en su producción literaria
posterior. En 1864 entró en el Trinity College, licenciándose en
matemáticas y ciencias. Se inició escribiendo como crítico teatral, y
comenzó a publicar novelas para complementar su trabajo como asistente
de Irving. En 1878 se casó con Florence Balcombe, cuyo anterior
pretendiente había sido Óscar Wilde, compañero de estudios y amigo de Stoker. Aunque viajó por todo el mundo, Stoker nunca llegó a visitar la Europa del Este en la que se basaba Drácula,
sino que se documentó a través de diversos estudios y del orientalista
húngaro Vámbery. Tras la muerte de Irving se dedicó a producir obras
para el Teatro Príncipe de Gales y a escribir para el Daily Telegraph, hasta su propia muerte en 1912, que se sospecha que debido a sífilis.
Drácula, novela que construye, a través de diarios y cartas, el retrato de
uno de los personajes más famosos del ideario decadentista de la época,
el conde vampiro de Transilvania. El relato se basa en diversas leyendas
previas, aunque Stoker consigue una unidad de efecto e inquietantes
resonancias eróticas y simbólicas, suprimiendo las fronteras sensibles
entre vida y muerte a través de un juego de seducción de gran poder y
sugerencia.La novela fue de los bestsellers editoriales a lo largo del siglo
XX y una fructífera inspiración para el cine, dando lugar a un
auténtico reguero de películas a partir de la obra maestra del cineasta
alemán Murnau (1922) y de la protagonizada en 1931 por Bela Lugosi.
Entre su restante producción cabe citar Bajo el crepúsculo (1882), El hombro de Shasta (1895), La señorita Betty (1898), El Hombre (1905), La señora Athlyne (1908), La guarida del gusano blanco (1911) y otros títulos como Muerte entre bastidores, El huésped de Drácula, La casa del juez y Drácula: la cúspide del horror.
Dracula, de Bram Stoker, dirigida por
Francis Ford Coppola en 1992 y protagonizada por Gary Oldman y Keanu Reeves, está considerada la adaptación oficial, la película más fiel a la novela
que introduce a personajes nunca antes adaptados.
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