1) Alarga la vida. O, como mínimo, la estira. La persona que lee vive más porque la vida le cunde varias veces más.
2) Lleva aparato de gimnasia incluido por el mismo precio. En esto tiempos que está tan de moda el ejercicio, comprando un libro va a regalar un completo aparato de musculación . . . cerebral.
3) Contribuye a la economía del país. La cultura no sólo tiene un parte romántica, sino también contante y sonante.
4) Producto nacional. Excepto un pequeño porcentaje de libros troquelados y pop-ups que se hacen en China y aledaños.
5) Fácil de usar. Olvídese de esos regalos con manuales de instrucciones complejísimos y agotadores o que son tan complicados de montar que le dan a uno la tarde.
6) Ecológico. Los libros electrónicos en sí mismos no son más que bits que no manchan nada. Los libros de papel son 100% reciclables y hay una creencia errónea de que para fabricarlos hay que sacrificar bosques.
7) No consume energía. Los e-readers se cargan mientras el ordenador de casa está encendido haciendo otras funciones. Y los libros de papel no se cargan nunca.
8) Apto para clásicos y modernos. Nos vale tanto para regalar a la tía apegada a su butaca orejera como al sobrino que tiene sonrisa usb.
9) No caduca. No hay fecha límite para su utilización. Hay muy pocas cosas tan perdurables como un libro.
10) Inmejorable relación calidad precio. Por unos pocos euros va a regalar un pasaje a las rutas más salvajes o para recorrer 20.000 leguas de viaje submarino, también va a invitar a vivir las cumbres borrascosas del amor, alojarse en ciudades invisibles o dejarse mecer por la sombra del viento . . .
¡¡¡¡Regale libros, nadie da tanto por tan poco!!!
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